
Quizá este post no te parezca políticamente correcto y quizá incluso te enfade, pero para remover y cambiar patrones, muchas veces hay que pasar por ese proceso de enfado, explosión y cambio. Siendo consciente de que puedo provocar emociones encontradas voy a compartir este pensamiento.
Vivimos en un mundo lleno de personas que se quejan de todo pero no hacen nada. Un gran porcentaje de la humanidad vive en una queja constante emitida desde el sofá de casa haciendo zapping y criticando todo lo que ve. Y no, no digo que no haya que quejarse, para que las cosas que están mal cambien, hay que decirlas, pero jamás cambiarán si solo las decimos, hay que pasar a la acción. Si te quejas y no haces nada te quedas en ese bucle constante que además transmites a tus hijos de forma inconsciente. La verdad, no es una forma constructiva de enseñar a nuestros hijos a luchar por aquello en lo que creen. Los cambios se consiguen desde la acción y jamás desde la pasividad.

No importa lo que quieras cambiar, no tienen que ser cosas trascendentales. Aquí van unos ejemplos. Te quejas de que te duele todo el cuerpo, haz deporte. Te quejas de sobrepeso, haz dieta. Te quejas de que no tienes tiempo de nada, planifica y prioriza de forma consciente. Te quejas del estrés, organiza todo para tener más calma. Te quejas de pocos ingresos, muévete y genera. Te quejas de que tu vida no funciona, cámbiala. Si si, se que especialmente en las 2 últimas frases ya has pensado “tú lo ves muy fácil” y quizá te has molestado. Pues si, es más fácil de lo que parece, lo que es difícil es romper ese patrón mental de “yo no puedo hacer eso por….mil excusas” y yo te digo que si puedes. Si aún no me conoces mucho ni te imaginas mi proceso de superación y crecimiento y si yo he podido tu también puedes.
La educación es la base de todo y es por eso que desde mi pequeña parcela sigo trabajando a diario para que haya un cambio. Debemos cambiar la educación para cambiar el mundo, pero antes debemos transformarnos a nosotras mismas para ver la belleza del alma con ojos de niño. Si fuéramos capaces de ver como lo hace un niño, todo sería muy diferente, todo sería sin duda mejor.

Si como adultos no somos capaces de transformarnos, jamás podremos ayudar a nuestros hijos como merecen y la educación seguirá siendo, como hasta ahora, un despropósito que lo único a lo que contribuye es a crear adultos esclavos del sistema. También soy consciente de que estas palabras pueden sonar muy fuertes a muchas personas, pero es la realidad. Millones de personas trabajando a tiempo completo por sueldos miserables que no dan ni para los gastos y además en trabajos que no les llenan. ¿No te parece horrible? Millones de personas infelices con sus vidas y millones que ni se plantean si lo son porque la rutina les come. Y ahí es donde surge esa expresión tradicional que dice “es lo que hay” y no, es lo que tu quieres que haya, y ese detalle, ese pensamiento, es el que lo cambia todo.

Si te quejas de cómo está todo pero no actúas, y lo digo bien claro, también contribuyes a que esto se perpetúe y a que tus hijos crezcan igualmente esclavizados por el sistema, siendo conformistas y meros espectadores. De poco sirve quejarse y no hacer nada, de nada sirve criticar y no actuar. Así que si eres de las personas que no para de quejarse de todo sin salir de la queja, mira hacia adentro, plantéate de verdad que mundo quieres dejar a tus hijos y si te quema por dentro, muévete. Siempre, siempre, siempre se puede hacer algo. Ante un mismo problema se pueden tomar actitudes diferentes y aquí está la otra diferencia, personas que no consiguen cambiar la mentalidad y se hunden ante otras que con las mismas desgracias a sus espaldas que las asimilan y construyen sobre ellas.
Resiliencia, superación, trabajo de la mentalidad, mucha formación, ruptura constante de patrones heredados, más formación, ejercicios diarios para encontrar el equilibrio, observación, planificación, planteamiento de objetivos, visualización, más formación y no rendirse, y mucho, mucho amor, entre otras cosas, son aspectos que te van a ayudar hasta el infinito.
Desde hace años me dedico a ayudar a mujeres y familias a conseguir este cambio y de esa necesidad de tantas mujeres, surgió Educar desde el Alma, una formación en la que trabajamos todo lo que a mi he ha ayudado a superar todas las barreras que hasta ahora me ha puesto la vida (esa parte la cuento con detalles en la formación).
Las mujeres que ya están dentro de Educar desde el Alma han decidido que su 2021 va a tener como base un plan de acción con el que van a cambiar su vida y la de su familia. Lo que no saben aún, es que además van a conseguir cambiar la vida de más personas de su alrededor. Lo sé, porque así ha sucedido con las mujeres que han participado en las 3 ediciones anteriores. Y no va a ser fácil, parte de mi trabajo es pinchar para que salga todo, así que este es un proceso para quien realmente se atreva a buscar en lo más profundo aunque duela. Es la única forma de avanzar.
Unas se animan porque quieren educar sin gritos, amenazas ni castigos, otras porque quieren ser capaces de llegar a todo sin volverse locas, otras porque quieren cambiar el sistema, otras porque sus hijos tienen dificultades y quieren ayudarles, otras porque quieren apoyo y seguridad en el camino que emprenden con la educación respetuosa, otras por la presión que sienten de su entorno, otras porque se sienten solas y como bichos raros en la crianza, por el motivo que sea, estas mujeres han decidido que el 2021 va a ser su año de cambios, el año en el que pasaron de la queja, a la acción. Y se que no lo van a olvidar, porque lo que hay preparado es realmente espectacular

Aún tienes una oportunidad de formar parte de este grupo de mujeres. Deja de ver el lado negativo de las cosas y dale la vuelta. Actúa, se tú quien forme parte del cambio. Los demás no lo harán por ti ni por tus hijos.
Una de las primeras cosas que hice cuando nació mi primer hijo y el sistema educativo me pareció un horror fue montar una empresa con el único objetivo de cambiar la educación por mi hijo. La empecé sin recursos y 10 años después aún hay temas que solventar y mejorar, pero ya casi lo consigo. 10 años! Así que no te rindas, las cosas no cambian de un día para otro, es un proceso lento, pero todo llega si estás enfocada. Mis hijos merecen una humanidad mejor. También los tuyos. Por eso mis quejas siempre van seguidas de una acción que me lleva a cambiar aquello que no me gusta. No te quedes sin hacer nada. Si quieres ese cambio te espero en Educar desde el Alma.
Si quieres el cambio no busques excusas. Las habituales suelen ser el tiempo y el dinero. Si no tienes tiempo para enfocar un futuro con tiempo para los tuyos, jamás lo tendrás, y los años pasan y el tiempo no vuelve. Si no priorizas el tiempo que necesitas para sacar lo mejor de ti misma, es un tiempo añadido que no ofreces lo mejor de ti a los tuyos.
El dinero es cuestión de prioridades. Si calculas la inversión y los beneficios que de esa inversión vas a conseguir quizá tomes conciencia de lo que compensa. Por sólo 132 al mes vas a tener unos beneficios increíbles. Yo siento que el coste de lo que supone no tener equilibrio y no sentirse feliz, es muchísimo más elevado. Y te voy a contar que muchas de las personas que pasaron por otras ediciones incluso se han lanzado con nuevos proyectos que están sacando adelante tras quitarse miles de miedos. Cualquiera puede hacerlo, solo hay que querer. Si lo deseas de verdad puedes escribirme y encontraremos la manera. Anímate y verás que gran cambio. Deja las quejas y actúa. Si quieres conocer todo lo que vamos a trabajar en un año entero entra aquí.
Sandra Vallcanera