La primera vez que oyes hablar de la autonomía en los niños puede que te suene todo a chino. Un niño capaz de hacer sus elecciones propias, de decidir lo que le gusta, que incluso sea capaz de marcar sus tiempos… Es posible que incluso te pase por la cabeza la idea de: ¿Qué será de mi pobre hijo si YO le permito todo eso? ¿No haré de él un tirano? ¿No se creerá luego superior a los demás? Y no hay nada de malo en tener estos pensamientos, teniendo en cuenta la sociedad en la cual vivimos.
Si hace tiempo que estudias y practicas la crianza con apego, te habrás dado cuenta que todos los mitos y leyendas sobre los niños son mentira, o al menos la mayoría. Si le tomas mucho en brazos no va a aprender a estar solo, va a ir a la mili pidiendo teta, déjale llorar que se le hagan los pulmones fuertes… Y con respecto a la autosuficiencia de los niños suelen decir: si a esta edad le permites X cuando sean adolescentes se te van a subir a la chepa o cosas peores…
Y es que no tenemos término medio. Parece ser que no cabe la posibilidad de que pueda existir un equilibrio entre adultos y menores. Siempre tiene que haber una jerarquía piramidal en la que manda uno u otro. Si mandan los padres estamos ante un régimen autoritario, si mandan los niños, ante la anarquía. En el equilibrio se encuentra la respuesta.
Huelga decir que en la vida, se dan multitud de situaciones en las cuales los niños no deberían verse obligados a decidir por sí mismos, sobre todo cuando se pone en peligro su bienestar, el de los demás o el de las propiedades ajenas a ellos. Pero para todo lo demás, yo opto por dar vía libre, ¿Y eso que me representa?
Que mis hijas no saben combinar su ropa, hablan con los adultos como iguales, deciden cuando tienen hambre y un largo etcétera.
¿Te parece tan complicado? Tomemos como ejemplo la gestión de la vestimenta.
¿Cuántas veces has tenido que enloquecer o finalmente llegar tarde a un sitio porque tu hijo no quería ponerse ese pantalón? ¿Y porque hace frío y no se pone la chaqueta? ¿Qué hay del que dirán?
Vale, vale, Montse, lo entiendo pero… ¿Cómo aplico yo esto en mi casa y lo más importante para qué?
Nada más sencillo. Se trata simplemente de aceptar las capacidades que tienen los niños. Digamos la verdad, todos conocemos (o somos) ese padre/madre que sigue tratando a su hijo de 5 años como si fuera un bebé. Cada persona, en cada edad tenemos unas necesidades indispensables que cubrir, unos procesos que desarrollar. Intentar parar a tú bebé en el tiempo no va a hacer que deje de crecer, pero si podría desembocar en actitudes nada saludables para vuestra familia.

Si tu peque es capaz de escoger su propia ropa, ¿Por qué no dejarle? ¡Se van a reír de él! O peor, van a poner en duda tus habilidades como progenitor…
¿Y realmente te importa lo que un adulto diga acerca de la vestimenta de tu hijo? Si lo más que puede puntualizar es que se ha puesto los calcetines por encima del pantalón…
¿Dónde queda el orgullo y satisfacción que se siente cuando vas a tu armario y te pones simplemente lo que quieres? Nosotros, los adultos, lo damos por descontado. Hace unos años solía llevar uniforme para trabajar y no veía el momento de acabar mi jornada laboral y arrancármelo.
La ropa te representa, te describe, te diferencia del resto. ¿Qué necesidad tenemos entonces de cortar esa libertad a nuestros hijos? ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¡Que se ponga manga corta en pleno invierno! Pues apenas salga fuera y sienta el frío va a querer taparse… los niños no son tontos, solo que en muchas ocasiones necesitan encontrar sus límites a través de su experiencia personal y no la tuya.
Dejar que tu hijo sea autónomo no te convierte en un padre despreocupado, no te va hacer el padre más guay del cole, ni te van a aumentar los seguidores en instagram (o quizás sí). Permitir a nuestros hijos crecer y ser autosuficientes les repercute a ellos como personas con derechos, como individuos con mente propia. Les hace sentirse, casi siempre, con el poder de decidir y en el fondo… ¿No es esto algo a lo que todos aspiramos?
Si te has quedado con ganas de saber más acerca de cómo implementar esto u otras muchas facetas de la vida práctica en tu hogar o escuela te invito a que eches un vistazo a la nueva formación que Sandra está preparando, no hay mejor manera de aprender que desde el ejemplo y la propia experiencia y de eso ella tiene para escribir un libro. Anímate y da el paso, la crianza de tus hijos la escoges tú.
Autora: Montse Sarrión
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