A veces nos preguntan por qué apostamos por los juguetes de madera, sin lucecitas brillantes ni botones que hacen ruidos al tocarlos. Nos dicen que estamos anticuados y que estos juguetes están “pasados de moda”.  Os contamos las razones por las que creemos que “Los juguetes no deben jugar solos”.

Foto: Mumuchu

Ante todo porque el juguete debe ser un instrumento para que el niño desarrolle su imaginación al usarlo. Un juguete que lo hace todo deja sin opciones a los niños. Los juguetes sí, son muy espectaculares de de primeras pero suelen tener poco recorrido. Al poco tiempo los niños se cansan de sólo poder mirar luces y tocar botones. Los juguetes, especialmente los de madera, simples, crecen con el niño y con su imaginación permitiendo manipularlos descubriendo todas sus posibilidades.

Foto: Grimms Toys

Además, los juguetes de materiales naturales, la mayoría de madera, transmiten mucha más información sensorial (texturas, temperaturas, pesos) que los de plástico cuyo tacto es siempre poco más o menos el mismo. ¿Quiere decir esto que estemos en contra del plástico? Pues no, el niño debe poder tocarlo todo y el plástico tiene muchas buenas cualidades: es resistente, higiénico, de colores brillantes,… de hecho también tenemos algún juguete de plástico de buena calidad, pero en el mundo en que vivimos cada vez más inundado de plástico por todas partes, se acentúa la necesidad de contacto con materiales más nobles y naturales (¿Te has fijado cómo en los arcoiris y otros juguetes se pueden apreciar las vetas, nudos e imperfecciones de la madera?).

Foto: Making Montessori Ours

Otro punto importante es que los juguetes de madera son más ecológicos puesto que se degradan naturalmente en mucho menos tiempo que los que están hechos de otros materiales, además, más contaminantes.

Esto que, a priori, podría ser poco importante se vuelve crucial cuando es en manos de los más pequeños (que todo se lo llevan a la boca) en quienes recaen estos materiales. Los sonajeros de madera, los maravillosos rodari, la geniales bolas Pikler artesanales o las amorosas pelotas de tela Montessori hechas a mano son ideales para fomentar la motricidad de los chiquitines con total seguridad.

Pero lo que nos mueve, sobre todo, a trabajar con juguetes de este tipo es que nos parecen mucho, mucho, mucho más bonitos y puesto que las materias primas son “vivas” no hay dos iguales, son únicos . ¿Te imaginas estas maravillas hechas con tanto mimo fabricadas de otro material?

Ofrece a tus pequeños muchos y muy variados estímulos sensoriales para fomentar su inteligencia e imaginación, pero sobre todo, ofrécele tu compañía a la hora de jugar con ellos. Recuerda que para los nilos el mejor juguete del mundo siempre serás tú.

¿Qué preferís en casa, juguetes tradicionales o mejor los de moda?, ¿La familia os regala siempre los juguetes que os gustan para los peques?

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