La idea principal es motivar al alumno para que sienta que tiene interés en aprender el idioma aunque inicialmente no sea el caso. Los intereses de los alumnos son priorizados y puestos como eje central de la clase. Así, el alumno se siente más atraído hacia el estudio del idioma que si simplemente tuviera que memorizar palabras o estructuras gramaticales las cuales carecen de contexto. Según el alumno avanza, elementos más complejos del idioma se implementan pero siempre contextualizados con aquello sobre lo que el alumno disfrute más conversando o aprendiendo. La conversación y la escucha son prioritarias frente a otros elementos del aprendizaje del idioma, al menos en las fases iniciales. A través de temas interesantes y material audiovisual, se fomentan estás habilidades para crear una base de comprensión sólida para posteriormente avanzar con elementos que se puedan considerar más académicos.